Vivir a la sombra de nuestro Dios Creador, quitando las telarañas del alma; reflexiones espirituales de Teresa de Jesús

Jesucristo el Inmortal Esposo, sale de nuevo al encuentro, en una tarde preciosa 20 de septiembre de 2013 en La Granja de San Ildefonso, donde el cielo de Segovia manda otro de sus mensajes.
El símbolo de La Cruz, de quien demostró con su Supremo e Insuperable Sacrificio, ser el Amor Infinito, vuelve a sorprender reflejándose esta vez con un rayo de luz, al caer sobre la tierra segoviana.

El caballo se encuentra pastando tranquilo, y debajo de su cabeza cae un rayo de luz que proviene del cielo y toma la forma de Cruz, un sentimiento espiritual volvió a llamar la atención en Segovia.

Cuando una mujer se encuentra realmente enamorada, siente muy cercana la compañía de su Enamorado Jesucristo, y en muchas ocasiones; después de recibir la Sagrada Comunión donde arropa como nadie con su cariño, paseando de su mano feliz por la calle, y como dulce y romántico Enamorado que acompaña sentado a la derecha en viajes por las carreteras de Segovia y Nava de La Asunción (de María).
Porque nadie nos ama como Él y lo demuestra constantemente.

Vivir a la sombra de nuestro Dios, cobijada en su amor y protección; nunca nos soltemos de su mano y Él, El único Dios y Creador, que pinta y regala cada día en el amanecer, en el atardecer, y en todo momento, un cielo cada vez más bello y nuevo; guiará hacia la luz de su Santa Cruz, porque con ella redimió al mundo y lo vuelve a redimir en cada momento, y en cada día, cada vez que como Buen Pastor y con el precio de su sangre; recupera a una de sus ovejas perdidas.

El Amor de mi Vida Jesucristo

Recordamos las bellas palabras de Santa Teresa de Jesús:

"Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
La paciencia
todo lo alcanza
Quien a Dios tiene 
nada le falta
Solo Dios basta"

Quitemos las telarañas del alma, mantegamosla limpia y aseada para que en ella solo pueda entrar El Señor, y nada turbe nuestra paz y descanso en su amor.
Oremos por nuestros Pastores, por Su Santidad el Papa Francisco, y por los Santos Sacerdotes; sin ellos y sin su ayuda, el camino hacia el cielo no sería posible.